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Autos Clásicos: Audi quattro

Conoce la historia del auto que impuso la tracción integral en el Rally Mundial y marcó el futuro de Audi.

Autos Clásicos: Audi quattro

Cuando la firma Audi se había afianzado en el mercado de autos de turismo, surgió la idea de empezar a ofrecer algún modelo deportivo. En 1977, Ferdinand Piëch, Director de Desarrollo Técnico de Audi, vislumbra que la solución más económica era partir de algún modelo existente y agregarle una motorización potente.

La base fue el Audi 80, que era un elegante auto compacto diseñado por Giorgetto Giugiaro y el motor se le pidió prestado al Audi 100, el auto grande de la marca, que equipaba el indestructible impulsor de cinco cilindros a gasolina, desarrollado conjuntamente con ingenieros de Mercedes-Benz. Así nació el Audi Coupé GT.

Piëch, también se contactó con Jörg Bensinger, ingeniero de Chasis del Grupo, quien desarrolló un sistema de tracción total para el nuevo auto. Finalmente, el quattro Coupé fue presentado en el Salón de Ginebra de 1980 dando nacimiento al primer auto deportivo con tracción en las cuatro ruedas.

Este nuevo modelo utilizaba el mismo 2.1 litros, pero con alimentación por inyección mecánica, turbo e intercooler que le proporcionaban 160 caballos pero que rápidamente se convertirían en 200 Hp. Para controlar toda esta potencia, se decidió utilizar la tracción desarrollada por DKW para su vehículo todoterreno de uso militar, Munga. Aplicando varias mejoras, el sistema de tracción integral con tres diferenciales estaba siendo adaptado por primera vez en un auto de calle de producción en serie.

La fabricación del quattro, si bien se puede considerar seriada, no se realizó en una línea de montaje ya que cada auto se construyó completamente a mano y tardaba ocho días y 4 horas en fabricarse.

En 1981 la firma decide experimentar extraoficialmente el nuevo auto en las competencias alistándolo en el Algarve Rally pilotado por la dupla Mikkola/Hertz. El Audi quattro con 300 caballos experimentó una serie de dificultades, terminó la prueba pero en el puesto 91°.

Oficialmente, el debut del Audi quattro se produce en el Rally de Montecarlo de 1981, con dos autos tripulados por Hannu Mikkola y Michelle Mouton, que tuvieron que abandonar por diferentes cuestiones mecánicas. Sin embargo, el año no terminaría así, se solucionaron los problemas iniciales y el Audi quattro obtuvo las pruebas de Suecia, San Remo e Inglaterra.

En 1982 la historia cambiaría por completo, fue un año plagado de victorias, entre Mikkola, Mouton y Blomqvist, Audi conquistó el mundial de marcas, ganando siete de las ocho pruebas disputadas. En 1983 se modifica levemente el auto, para poder adaptarlo al Grupo A1 y A2. En el A1 Mikkola se lleva las pruebas de Suecia, Portugal, Safari de Africa, Argentina y Finlandia y se consagra campeón. Para el año entrante, el equipo vuelve a arrasar, llevándose siete pruebas. De esa manera Blomqvist se consagra como campeón, mientras que el mundial de marcas vuelve a manos de Audi.

Para 1985 Audi repasa profundamente el auto, se acorta la distancia entre ejes, se aliviana el peso utilizando materiales como el Kevlar y la potencia se incrementa pasando levemente los 500 caballos. El auto no obtiene los resultados esperados, gana sólo en Costa de Marfil y resulta segundo en Montecarlo, Suecia y Grecia.

La evolución no tarda en aparecer con el agregado de aditamentos aerodinámicos sobredimensionados al frente y atrás pero el S2 sólo pudo ganar en San Remo y salir segundo en Finlandia y Montecarlo. Cuando fue abolido el Grupo B, Audi decidió utilizar otro modelo para la competencia, el 200 Quattro que sólo logró el 1 / 2 en el Safari de Kenia de 1987.

El Audi quattro, también hizo historia en otra dura prueba automovilística, el famoso ascenso del Pikes Peak, Estados Unidos. Allí, el Quattro S2 se llevó tres triunfos consecutivos, fue en la ediciones del 85, 86 y 87, en manos de Mouton, Unser y Röhl respectivamente.

El Audi quattro es un modelo vital para Audi y para el Rally, produciendo un indiscutible antes y después al instalar la tracción integral. Además, sigue siendo el auto más potente que participó en una prueba de Rally, cuando llegó a erogar casi 600 caballos en las pruebas de Portugal de 1986. Sin dudas, uno de los más revolucionarios de los últimos 30 años.