Test drive

Test de Ford Mustang 2015

La vida empieza a los cincuenta

Test de Ford Mustang 2015

Antecedentes

El icónico Mustang está cumpliendo sus primeros 50 años de existencia, es sin duda uno de los modelos más emblemáticos de Ford y una referencia cultural de nuestro vecino país del norte. Quizá además de una Harley Davidson, no exista nada que tenga mayor relación en la mente de las personas con libertad y rebeldía como un Mustang, por lo menos en EU y por qué no decirlo también en nuestro país.

La sexta generación del modelo, aunque fue develada ya hace poco más de un año apenas se empezó a comercializar. La expectativa que ha creado es gigante, desde el inicio y dado que el fabricante fue liberando la información a cuenta gotas, se vaticinaba que este nuevo Mustang sería la mejor iteración de la historia, ¿pero por qué?

Bueno por principio de cuentas tenemos que Ford anunció que tenía aspiraciones globales para este nuevo Mustang 2015, declaración que significaba que habría que conseguir que el Pony Car evolucionara dramáticamente en ciertos aspectos. El más evidente, por supuesto la geometría de la suspensión trasera, pero también en cuanto a motorizaciones, tecnología de info – entretenimiento y seguridad, así como calidad de materiales.

¿Logró Ford que la sexta generación del Mustang sea un coche competitivo para los mercados globales, pero sin perder su esencia de Muscle Car?

Para determinarlo, Ford nos prestó un Mustang GT edición 50 Aniversario, de la que solo se fabricarán 1964 ejemplares lo que significa, que equipan el Performance Pack. Además de que seguramente en el futuro se pedirán considerables sumas de dinero por ellas.

 

Características técnicas y mecánicas

El Ford Mustang 2015 ofrece tres motorizaciones, el V6 de 300 hp como la de acceso, en el rango medio encontramos un sofisticado 4 cilindros de 2.3 litros Ecoboost (turbo e inyección directa) de 310 hp y en el tope de gama – la versión probada- encontramos como debe ser, un V8 Coyote de 5.0 litros con 435 hp y 400 libras-pie de torque que se puede acoplar a transmisiones de seis velocidades, ya sean automática o manual.

Este ocho cilindros toma muchos elementos que fueron diseñados para el Mustang Boss allá en 2012 y aunque no vamos a ahondar en todas las piezas que recibieron modificaciones, basta decir que los cambios le permiten a este motor subir de vueltas con mucho más facilidad, así como entregar una curva de par más plana. En resumen, la mejora va mucho más allá de la ganancia de equinos.

Como habíamos comentado, la versión probada se trata de un 50 aniversario, que indica que contaba con el Performance Pack (también herencia del Boss). Mismo que consiste en un sistema de frenos de mejor rendimiento firmado por Brembo con pinzas frontales de seis pistones, un diferencial Torsen de derrape limitado y rines de 19 pulgadas que calzan unas Pirelli P Zero.

Un detalle interesante es que esta edición especial, es la única manera –por ahora- de obtener el citado Performance Pack con una transmisión automática, que dicho sea de paso es justamente como venía nuestra atractiva unidad de prueba.

La geometría de la suspensión posterior ahora es independiente y como veremos más adelante, este simple cambio significa que el nuevo Mustang se comporta totalmente diferente a su predecesor.

Por lo que hace a la seguridad encontramos todo lo necesario: Bolsas de Aire (ocho) ya que ahora se incluyen para rodillas tanto de conductor como de acompañante, ABS, ESP, monitor de presión de neumáticos y cámara de visión trasera.

 

Diseño

Sin duda, el mejor ángulo de este renovado cincuentón es el posterior, esa parte trasera con estilo fastback es simplemente hermosa. El frente por su parte está inspirado en el Evos Concept e innegablemente nos recuerda a los modelos más terrenales de la marca como Fiesta, Focus o Fusion.

De cualquier manera, estéticamente está muy bien logrado, no se trata de un diseño retro sino de una reinterpretación moderna de muchos elementos clásicos de los Mustangs más importantes del pasado.

Pasando a los detalles exclusivos de la edición 50 Aniversario, tenemos algunos elementos como ligeras aplicaciones de cromo en parrilla y periferia de las calaveras, una tapa del tanque de gasolina especial y las ventanas laterales posteriores que asemejan una persiana. Solo dos colores están disponibles, Blanco Wimbledon –el primer color con el que salió el Mustang de la línea de producción- o Azul Kona, traducidos al español son Blanco Gala y Azul Cobalto.

Confort

El interior del Mustang 2015 también ha resultado toda una revelación, hay un salto cuántico en cuanto a la calidad de materiales, ensamble y atención al detalle. Destaca la incorporación de una gran pantalla central táctil que engloba las funciones del Sync y MyFord Touch, desde ahí se pueden controlar las funciones correspondientes al navegador, teléfono móvil que se enlaza vía Bluetooth, climatizador y equipo de audio.

Algunos elementos propios de esta versión son el forro de asientos, volante, palanca en cashmere y cuero, insertos en aluminio y emblemas de 50 Aniversario en los asientos.

El habitáculo además de lucir increíble, con algunos detalles que evocan a la aviación como los switches que se ubican en la parte inferior de la consola central, ahora es un lugar que ofrece mucho más comodidad a los ocupantes. Y aquí es importante aclarar que no se trata solo de gadgets y amenidades, sino de espacio, aislamiento acústico e inclusive, térmico. En la generación anterior, el calor generado por el motor se filtraba mucho a la cabina, lo mismo que el ruido tanto de rodamiento como de otros autos, situación que también se ha corregido por completo.

Algunos elementos nos avisan que estamos a bordo de un vehículo especial como la placa que nos indica el número que corresponde a nuestra unidad dentro de esas 1964 que serán fabricadas, la nuestra era nada menos que la sexta.

Manejo

Luego de la larga introducción, ahora sí vamos a platicar un poco de cómo se maneja.

Es importante destacar que pese a ser más potente, en línea recta este nuevo Mustang no es más rápido del GT al que sustituye, de hecho es marginalmente más lento. La razón es simple, pesa más, ahora detiene la báscula en 3,813 libras (1,730 kilos), es decir 196 libras (89 kilos) más que antes.

Aun con lo anterior, es cuando llegamos a la primer curva que nos podemos dar cuenta que estamos ante un animal distinto, que pertenece por completo a la nueva era. La suspensión filtra perfectamente las imperfecciones del camino, a diferencia de antes que una pequeña imperfección podía poner en predicamentos al eje posterior, ahora se acomoda de manera idónea fácilmente. Atrás quedaron los tiempos en que éste era un auto solo para arrancones, ahora disfruta de los caminos sinuosos, se muestra capaz y entrega mucha diversión al que lo conduce, sin olvidarnos de la hermosa nota que emiten los ocho cilindros de Detroit.

Pero además de sonar increíble, el V8 empuja de manera contundente, el Mustang GT es un coche bastante rápido, pero también ágil, no solo se trata de una mejor entrega de par bajo cualquier régimen, sino una transmisión automática extraordinariamente bien lograda, ya que efectúa los cambios de manera suave y siempre encuentra la marcha adecuada según las necesidades indicadas por el pedal del acelerador. La rigidez estructural también juega un papel importante aquí, el vehículo se planta muy bien, se muestra muy capaz y es además bastante cómodo como para el uso diario.

Adicionalmente cuenta con algunos artilugios electrónicos que permiten divertirnos mucho, el más destacado quizá es el Line Lock, una función que permite al conductor quemar llantas traseras hasta por 15 segundos al bloquear las delanteras con los frenos, pero dejando completamente libres las de atrás.

Las Track Apps que podemos controlar desde el volante y que despliegan gran cantidad información en el display a color que se ubica entre tacómetro y velocímetro, mucha que no sabíamos que necesitábamos y dentro de la que destaca: Tiempos de aceleración, fuerzas G y distancias de frenado.

 

Conclusión

Definitivamente jamás existió un Mustang tan bien construido o con tanta tecnología como esta nueva sexta generación, representa un salto cuántico y encabeza la evolución de los Muscle Cars hacia una nueva era, en la que tendrán que competir fuera de su mercado natal que siempre los consintió de más y les permitió negarse a abandonar algunos elementos que ya resultaban arcaicos en cualquier otro mercado. No solo se trata de la suspensión trasera independiente, que Camaro y Challenger ofrecen desde hace años, sino de: refinamiento, calidad de marcha y de materiales, áreas en las que el Mustang está convirtiéndose en la nueva referencia.

Ciertamente esta evolución ha ocasionado que el Mustang 2015 haya perdido algo de la esencia de los Muscle Cars, pero a cambio ofrece mejoría prácticamente en todos los aspectos.

Si el objetivo era que a partir de ahora pueda competir con decoro en Europa o Asia, hay que decir que Ford lo logró de manera impecable. El nuevo Mustang se ha convertido en un Gran Turismo, cómodo, efectivo y poderoso, un Muscle Car de la era moderna.

 

Ford Mustang 2015

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